¿Libro electrónico o de papel?

¿Qué les gusta más leer en formato papel o bien hacerlo en formato electrónico? ¿Qué es mejor el romanticismo de poder tener un libro de papel o la comodidad de tener miles de libros electrónicos en algo que apenas pesa unos gramos?

En esta entrada quiero dar mi opinión sobre cómo vivo yo este cambio del libro de papel al electrónico.

Siempre he sido y seré una enamorada de los libros en formato papel. Su olor, el hecho de medir por las hojas el avance de la lectura,…

Recuerdo de pequeña quedarme embelesada con la colección de libros que ocupaba la inmensa estantería del despacho de mi abuelo. La fascinación y orgullo que me producía el tener la posibilidad de investigar con libros antiguos o el simple hecho de poder sostenerlos en mis manos. Lo mismo me ocurría con el estudio que tenía mi madre en casa. Esa habitación llena de libros desde el techo hasta el piso en los que podía encontrar de todo. Y supongo que por eso desde pequeña he soñado con poder ir formando mi propia colección de libros para llegar a un punto en que cuando sea mayor y tenga mi propia familia, ellos puedan usar y leer mis libros favoritos.

Podríamos calificar pues mi relación con los libros en papel como de romántica. Me gusta el hecho de poder olerlos, tener una edición que sea bonita, prefiero la tapa dura a las ediciones de bolsillo, poder sostenerlos y asombrarme con lo rápido o lento que soy capaz de consumir sus páginas me gusta el poder coleccionarlos y cuidarlos; pero sobretodo me apasiona entrar a una vuela librería y ver qué novedades tienen.

Cómo debéis haber visto, cuando un libro me gusta, soy capaz de leérmelo en dos días, y eso a veces puede suponerme un problema.

Desde hace casi 2 años he dejado mi Barcelona natal, por un pueblito de apenas 6000 habitantes en la frontera Norte entre República Dominicana y Haití. Por mi ubicación, me resulta muy difícil encontrar librerías, por lo tanto libros, y cuando los encuentro en grandes superficies, no suelen tener mucha variedad o novedades. Digamos que el público de aquí no es muy aficionado a la lectura por placer (cosa que desde el centro en el que trabajo intentamos cambiar, pero eso es otra historia). Así pues hace un año me vi “obligada” a pasarme al formato digital. Mucho más cómodo, más fácil de encontrar, más asequible, en definitiva mucho más práctico. Y a pesar de que los libros en papel me fascinan, entiendo la practicidad de consumirlos en formato digital.

Así pues, en mi opinión no se trata de establecer una relación de amor odio entre ambos, sino de encontrar el punto de armonía en el que convivir. Seguiré comprando mis libros de papel siempre que pueda, pero para cuando debo viajar por un largo periodo o me encuentro en un lugar en el que acceder a libros me es difícil, he encontrado en el libro digital mi mejor aliado.

¿Y tu, por cuál te decantas?

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